Va la receta! Llenen un vaso grande con hojuelas de avena, añadan tres cucharadas de coco rallado y cuidadosamente agréguenle agua purificada, hervida o de garrafón. Cuando la haya absorbido, pónganle otro poquito de agua, y déjenlo así toda la noche.
Al día siguiente, coloquen esa avena súper remojada en la licuadora, con una cantidad igual de agua. Empleen el mismo vaso para tomar la medida. Añádanle una cucharadita de extracto de vainilla y otra de aceite de coco y licuen la mezcla a velocidad alta durante unos dos minutos. Cuélenlo y obtendrán una jarra pequeña de leche de avena que pueden tomar sola, añadir al café o al té, mezclarla con granola....es una emulsión bastante homogénea, gracias al aceite de coco. No obstante, cuando pasa un rato, hay necesidad de removerla para que vuelva a mezclarse. Normalmente la consumo en unos tres o cuatro días.
También obtendrán un residuo pastoso.
¿Que hacer con el residuo? Pues nada menos que el twist: revuelvanlo con dos huevos frescos, hasta que se integren bien....y hagan hot-cakes de avena! He de advertirles que quedan algo quebradizos, pues carecen del gluten que les proporcionaría estabilidad y estructura. Pero el sabor es delicioso.
Y si les ponen mantequilla, miel de abeja y unos piñoncitos o nueces, o almendras...uy.
Si alguien lo hace, por favor dígame que le pareció en un comentario. Gracias!