La ciudad
de Otago, en la isla Sur del Archipiélago Neozelandés, es una interesante y
tranquila ciudad a la que vinieron a establecerse inmigrantes de origen
escocés, que decidían embarcarse en un recorrido de tres de meses de
navegación, para jamás volver a ver las colinas que les habían visto nacer.
Otro día hablaré más a detalle de la interesante historia de esta parte de
Nueva Zelanda; hoy quiero centrarme en una rarísima joya que posee este lugar y
que contribuye a hacerlo un lugar poco común: el Jardín Chino “Lan Yuan”, cuya
traducción -no demasiado precisa quizás- es “El Jardín de la Iluminación”.
La entrada al "Lan Yuan" Garden of Dunedin.
Se trata de
uno de los tres jardines chinos auténticos que existen fuera de China. Fue
construido para conmemorar la presencia de los inmigrantes chinos en la ciudad
-ya se ve que los escoceses fueron los primeros, mas no los únicos-, y su
producción fue una obra conjunta de las ciudades hermanas de Shangai y de
Dunedin, junto con una interesante proporción de donativos públicos.
Mosaico de piedra.
Algo
sumamente interesante es que la planeación de esta maravilla se llevó ocho
años, durante los cuales los artistas Cao Yongkang -de la Universidad Jiao Tong
de Shangai-, Chen Ling -de la Universidad Tongji- y Tang Yufeng -del Museo de
Shangai- llevaron a cabo una labor preciosista tomando como base las jardines
tradicionales del área de Jiangnan, y asegurándose de crear una obra precisa
como máquina de relojero suizo, funcional como un vehículo bien diseñado, y
auténtica como un jardín de la dinastía Ming.
Las características formas de las ilustraciones orientales cobran vida en en Lang Yuan Garden.
El jardín
fue prefabricado en Shangai en un predio de dimensiones y características
idénticas a los del que llegaría a ocupar en Dunedin; después fue desmantelado,
empaquetado, trasladado, y vuelto a construir en Nueva Zelanda. Solamente hubo
cuatro cosas que no llegaron desde China: el agua, los peces, las plantas y el
concreto.
Planas neozelandesas en el Jardín Chino.
¿Las
plantas? ¿Pues que no se trata de un jardín? Así es, pero en este caso, casi
podría decirse que las plantas son solamente un elemento más, que contribuye a
equilibrar un conjunto en donde la arquitectura, el diseño, los materiales y el
agua son los elementos predominantes.
Todo en
este maravilloso espacio mueve -casi obliga- a la calma, la paz y la serenidad
interior. Y antes de irnos, hemos anudado un listón rojo cuyo significado es:
quiero regresar algún día.
Todas las imágenes son de La Vieja Enrebozada
Fuentes:
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