viernes, 30 de octubre de 2020

Calavera perruna.

 Para la manada que llena nuestras vidas de pelos, babas, y alegría.

 A la Muerte el cubrebocas le estorbaba,
y su trémolo vaho, las gafas le empañaba.
Pobrecita Parka! Toda desorientada,
su brújula consultaba.

Con la vista nublada,
los números le bailaban;
y con la mala lectura que tomó,
en El Cucurucho, aterrizó.
 
Quince rabos la esperaban,
quince rabos se agitaban.
- ¡Qué bonita manada me voy a llevar!
veré con cual de todos he de comenzar.

-Este chaparro está muy orejón,
y a mi bolsa lo meteré de un jalón.
Ella no se dio cuenta
que más rápido fue Don Pilón:
con un movimiento de orejas,
un fémur le desprendió.
 
Quedó la Muerte coja,
pero no se desanimó:
- ¡Con este greñudo grisáceo,
mi desquite me doy!
Pero Teddy, dando giros y giros,
peroné y tibia le soltó.
 
- ¡Guaguatos irrespetuosos!,
la Parka se enojó.
- ¡A este rojito lo agarro,
y me lo trueno de sopetón!
Pero el Rosso, con ágil brinco,
el esternón le quebró.

Medio desarmada y torcida,
la Calaca no se daba por vencida;
y al ver a una guaguata flaquita,
cobró ánimos diciendo:
- ¡Esta huesuda es de las mías!
Pero Nanuuk, con grácil movimiento,
zafóse de la Flaca, que mostró gran descontento.
 
Bolik y Goyu están recién llegados,
y con tanto alboroto, desconfiaron.
Viendo tantos güesos andando,
en un rincón se agazaparon;
cuando cerca les fue llegando,
como cohetes se le abalanzaron.
Brincaron encima de ella,
la tumbaron con sus patas,
y del porrazo la dejaron quieta.
Fue entonces que aprovecharon
pa’ merendarse falange, falangina, falangeta.

- ¡Déjenme tantito! -dijo el Chester-,
que los omóplatos ya se me antojaron
Y alcanzando al Esqueleto, cojo y desmembrado,
las fauces en sus espaldas le fue encajando.

Tucita y Doña Teya la estaban esperando,
pues sus malas intenciones
ya habían adivinado.
Y como buen equipo,
que en armonía está actuando,
a la Muerte mordieron las costillas,
y la dejaron aullando.

Creyendo que la había librado,
la Flaca preparaba la huida;
y dando un traspié tras otro,
se enfilaba a la salida.
Cuál no sería su pesadilla,
al ver seis hociquitos dentados,
seis colitas alegres que se movían.
Seis hermanitos, la pequeña jauría,
en conciliábulo se reunía.

Entre ellos comentaban que,
aunque desmembrada ya venía,
si hacían con cuidado el reparto,
para todos alcanzaría.
 
Cúbito y radio para Don Balto;
para Rigel, el íleon;
vertebritas para Falcor.
Para Coyolli, el isquion;
para Yoshime, metatarsos;
y como premio a su paciencia,
Capitana Mushka se llevó el cráneo.

¡Qué día tan aciago!
Para la Calaca fue tan malo,
que acabó rumiando su experiencia,
diciéndose a sí misma:
- ¡Parka zonza, dónde diablos te metiste!
Aprende bien la lección:
un esqueleto no tiene chance
donde los perros tienen bastión!  
 
La manada recuerda con gusto
aquella tarde de otoño,
en que comieron tantos huesitos,
y otros enterraron en un hoyo;
un atracón se dieron,
sin darse cuenta plena
que en el año de la pandemia,
a la Huesuda vencieron.

Por Beatriz Maruri Aguilar, en los Días de Muertos de 2019 y 2020.

martes, 13 de octubre de 2020

Calabaceando

Tenía cierta comezón por cocinar recetas otoñales, de esas cuyo ingrediente principal son las calabazas de invierno. Finalmente se juntó la intención con la posibilidad, y el resultado fue un conjunto de recetitas para degustar en diversos momentos del desayuno, la merienda, la comida y hasta la guzguería.  La base de todas estas recetas es puré de calabaza, que resulta sorprendentemente fácil de hacer.

Puré de calabaza.- A la calabaza lavada se le retiran las semillas, y se divide en trozos (la cáscara puede ser muy dura. Yo tuve que ayudarme con un martillo). Una vez troceada, se introduce en la olla de cocimiento lento (croc-pot) a nivel alto, durante dos horas y media. Para ayudar a que no se pegue en el fondo, le agregué media taza de agua. Cuando concluye el lapso de tiempo, hay que dejarla enfriar y convertirla en puré con ayuda de un tenedor: y ya está lista la materia prima para los experimentos otoñales. Las semillas, bien lavadas, se tostaron en el comal, añadiéndoles un chorrito de agua con sal. Con todo, éstas sí son un poco difíciles de comer.

Panquecillos (muffins) de calabaza.- La receta que seguí es de una autora española (Obregón, 2017). Hice algunas adaptaciones a la fórmula original, empleando harina de trigo 0000 en lugar de harina integral; ajusté también en 75 mL la cantidad de leche (almendra), en lugar de los 200 mL que se señalaban. De ahí en fuera, todo fue al pie de la letra, y el aroma que inunda la cocina, con notas de jengibre, clavo, nuez y canela, es delicioso. 

Granola de calabaza especiada.- He de confesar que esta era la verdadera razón por la cual estuve esperando que pasasen las estaciones del año. Me encantaba la idea de comer granola con calabaza! La receta (Obregón, 2017), requiere en realidad un volumen pequeño de puré de calabaza, pero el efecto final es interesante. Mi ajuste fue sobre el tiempo: le tomó 45 minutos a 150°C, abriendo el horno para voltear la preparación con una pala de madera, aproximadamente cada 10 minutos. Esto, para que dore de manera uniforme.


Hot-cakes de calabaza.- Tengo una cierta debilidad por las preparaciones para el desayuno, así que parte del puré de calabaza fue empleado en esta recetita mañanera (Pola Cocina, 2020). Con mantequilla, miel de maple y nueces, una tacita de café con leche y listo: espectacular desayuno otoñal, sin salir de casa.


Y de final, sopa de calabaza.- Con el poquito de quedaba, hubo hasta para la sopa. Esta receta sí es mía: se acitrona una cebolla pequeña, y en el sofrito se añaden 200 gramos de puré de calabaza, que se disuelven en seis tazas de caldo de pollo (hecho con huacales, cebolla, apio, zanahoria, ajo y cebolla); cuando tiene un hervor suave y sostenido, se le añaden unas tres zanahorias, ralladas finito, y un bouquet garni. Hay que dejar que hierva suavemente unos 8 minutos para que tome el sabor de las hierbas aromáticas. Si quisieran, supongo que podrían añadirle un poco de crema o leche, temperando para que se integre bien. 

Así fue que satisfice mi curiosidad de recetas calabaceras, y la experiencia me resultó grata. Les dejo las fuentes por si quieren aventurarse: 

Obregón, A. 2017. Repostería sana para ser feliz. Editorial Planeta. 

Pola Cocina. 2020. Hotcakes de calabaza. Disponible en: https://www.polacocina.com/2020/09/24/hotcakes-de-calabaza/ (Consulta efectuada el 26 de septiembre de 2020).