martes, 13 de octubre de 2020

Calabaceando

Tenía cierta comezón por cocinar recetas otoñales, de esas cuyo ingrediente principal son las calabazas de invierno. Finalmente se juntó la intención con la posibilidad, y el resultado fue un conjunto de recetitas para degustar en diversos momentos del desayuno, la merienda, la comida y hasta la guzguería.  La base de todas estas recetas es puré de calabaza, que resulta sorprendentemente fácil de hacer.

Puré de calabaza.- A la calabaza lavada se le retiran las semillas, y se divide en trozos (la cáscara puede ser muy dura. Yo tuve que ayudarme con un martillo). Una vez troceada, se introduce en la olla de cocimiento lento (croc-pot) a nivel alto, durante dos horas y media. Para ayudar a que no se pegue en el fondo, le agregué media taza de agua. Cuando concluye el lapso de tiempo, hay que dejarla enfriar y convertirla en puré con ayuda de un tenedor: y ya está lista la materia prima para los experimentos otoñales. Las semillas, bien lavadas, se tostaron en el comal, añadiéndoles un chorrito de agua con sal. Con todo, éstas sí son un poco difíciles de comer.

Panquecillos (muffins) de calabaza.- La receta que seguí es de una autora española (Obregón, 2017). Hice algunas adaptaciones a la fórmula original, empleando harina de trigo 0000 en lugar de harina integral; ajusté también en 75 mL la cantidad de leche (almendra), en lugar de los 200 mL que se señalaban. De ahí en fuera, todo fue al pie de la letra, y el aroma que inunda la cocina, con notas de jengibre, clavo, nuez y canela, es delicioso. 

Granola de calabaza especiada.- He de confesar que esta era la verdadera razón por la cual estuve esperando que pasasen las estaciones del año. Me encantaba la idea de comer granola con calabaza! La receta (Obregón, 2017), requiere en realidad un volumen pequeño de puré de calabaza, pero el efecto final es interesante. Mi ajuste fue sobre el tiempo: le tomó 45 minutos a 150°C, abriendo el horno para voltear la preparación con una pala de madera, aproximadamente cada 10 minutos. Esto, para que dore de manera uniforme.


Hot-cakes de calabaza.- Tengo una cierta debilidad por las preparaciones para el desayuno, así que parte del puré de calabaza fue empleado en esta recetita mañanera (Pola Cocina, 2020). Con mantequilla, miel de maple y nueces, una tacita de café con leche y listo: espectacular desayuno otoñal, sin salir de casa.


Y de final, sopa de calabaza.- Con el poquito de quedaba, hubo hasta para la sopa. Esta receta sí es mía: se acitrona una cebolla pequeña, y en el sofrito se añaden 200 gramos de puré de calabaza, que se disuelven en seis tazas de caldo de pollo (hecho con huacales, cebolla, apio, zanahoria, ajo y cebolla); cuando tiene un hervor suave y sostenido, se le añaden unas tres zanahorias, ralladas finito, y un bouquet garni. Hay que dejar que hierva suavemente unos 8 minutos para que tome el sabor de las hierbas aromáticas. Si quisieran, supongo que podrían añadirle un poco de crema o leche, temperando para que se integre bien. 

Así fue que satisfice mi curiosidad de recetas calabaceras, y la experiencia me resultó grata. Les dejo las fuentes por si quieren aventurarse: 

Obregón, A. 2017. Repostería sana para ser feliz. Editorial Planeta. 

Pola Cocina. 2020. Hotcakes de calabaza. Disponible en: https://www.polacocina.com/2020/09/24/hotcakes-de-calabaza/ (Consulta efectuada el 26 de septiembre de 2020).