Una tarde descubrí en el frutero dos plátanos ya casi negros y sumamente suaves. Ni modo de tirarlos a la basura, así que puse manos a la obra y con algunos tropiezos –en pleno trance me di cuenta de que no tenía mantequilla en el refrigerador-, salieron estos panquecillos.
Va la receta: (1) Precalienten el horno a 180°C y preparen el molde o moldes que vayan a emplear; si son moldecitos individuales de panquecitos, lo mejor es emplear capacillos de papel. Si es un molde grande de panqué, entonces hay que enmantequillarlo y enharinarlo. (2) En un tazón grande, ciernan doscientos gramos de harina con una cucharadita de polvo de hornear y una cucharada colmada de cocoa. (3) Por separado, batan doscientos gramos de queso ricotta con tres cucharadas colmadas de azúcar. Cuando esté integrado, añadan dos huevos enteros y batan nuevamente, hasta que esté homogéneo. (4) A estos ingredientes líquidos, añádanle dos plátanos enteros, bien machacados con un tenedor e integren suavemente. (5) Añadan a la mezcla los ingredientes secos por cucharadas, integrando poco a poco –sin batir demasiado-. (6) Viértanla en el molde o moldes y, ¡al horno!
Tiempo de horneado: Depende del molde y del horno. Si emplean toda la mezcla en un solo molde grande, probablemente se tarde unos 35 minutos. Yo emplee horno eléctrico y usé mitad y mitad, es decir, que la mitad de la mezcla la hice en moldecitos individuales, y la otra en un molde grande. En ambos casos, el tiempo de horneado fueron 25 minutos. Hay que dejarlos enfriar completamente antes de desmoldarlos o retirarlos de los capacillos.
El twist: A la mañana siguiente, corté el panqué grande en tiras y las metí nuevamente al horno a 120°C durante media hora. Esto les proporcionó una textura algo más crocante por fuera, preservando el relleno húmedo.
Otro twist: Yo no lo hice, pero se puede espolvorear los panqués con azúcar glass o bien, decorarlos con el glaseado tradicional (pero ya es mucha azúcar, ojo): media taza de azúcar glass bien batida con una cucharada de leche y cucharadas de agua, añadiéndolas una por una, hasta que tenga la consistencia deseada.
Listos para una taza de buen café! con panqué de choco-banana.
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