jueves, 12 de mayo de 2016

Los estirones de la ciencia.

Voy a opinar de lo que no sé, así que están advertidos. Seré breve, así que no se preocupen. Esta semana saltó a la luz pública que en la India la señora Daljinder Kaur, de 72 años, tras seguir un tratamiento de fertilidad que incluyó fertilización in vitro, dio a luz a un niño sano. Han corrido ríos de tinta al respecto y yo, más que opinar, me formulo las siguientes preguntas.
¿Cuantas mujeres de edad avanzada fungen como madres de hecho?
¿Cuantas madres jóvenes, en el albor de la maternidad, sufren desafortunados accidentes, desgracias, enfermedades, que las privan de la vida y dejan a los pequeños huérfanos?
¿Cuantas mujeres no se han visto beneficiadas por los tratamientos de fertilidad que actualmente han vuelto algo común el ser madres a los 40, 45 y 50 años?
No juzgo si tener un bebé a los 72 años está bien o mal. Nos sorprende por inaudito -aunque según entiendo, tampoco es el primer caso-. Simplemente le deseo a Doña Daljinder Kaur muchos años de vida -si aguantó un embarazo, es resistente la señora- para ver crecer a su pequeño. También, por supuesto, a su marido. Y, ya puestos a soñar, también le desearía a todas las madres del mundo la sabiduría de los 72 años para criar a sus nenes.

Por si quieren leer la nota, aquí está: http://www.theguardian.com/world/2016/may/10/indian-woman-in-her-70s-gives-birth-to-healthy-baby-boy

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El toque picosito.

Muy recomendable para dar sabor a sopas, guisados, salsas, vinagretas...ni modo, en mi país comer chile es de todos los días y a todas horas, aunque no todos pertenecemos al estereotipo al que "no le sabe la comida si no pica". Tampoco.

Va el modo de hacerse: 
1. Consigan en el tianguis o en el mercado medio kilogramo de chiles de árbol. Sí, esos meros, los que pican como el demonio.
2. Pónganlos a secar en una charola o superficie extendida, en un lugar seco, durante dos semanas.
3. Importantísimo: póngase unos guantes de látex antes del siguiente paso. Si no los tienen, no lo hagan.
4. Con los guantes puestos, remuelan los chiles. Como están secos, solitos van a quebrarse, a soltar todas las semillas y a romperse en pedazos, pero no van a quedar hechos polvo. Hay que darles una cierta ayudadita para que queden más bien como hojuelas.
5. Viertan el contenido en un salero de agujeros grandes. Listo! Ya tenemos un buen condimento para emplear alegremente en la cocina. Sean cautos, eso sí.
6. Deshágase de los guantes de manera responsable.