Va el modo de hacerse:
1. Consigan en el tianguis o en el mercado medio kilogramo de chiles de árbol. Sí, esos meros, los que pican como el demonio.
2. Pónganlos a secar en una charola o superficie extendida, en un lugar seco, durante dos semanas.
3. Importantísimo: póngase unos guantes de látex antes del siguiente paso. Si no los tienen, no lo hagan.
4. Con los guantes puestos, remuelan los chiles. Como están secos, solitos van a quebrarse, a soltar todas las semillas y a romperse en pedazos, pero no van a quedar hechos polvo. Hay que darles una cierta ayudadita para que queden más bien como hojuelas.
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