jueves, 12 de mayo de 2016

El toque picosito.

Muy recomendable para dar sabor a sopas, guisados, salsas, vinagretas...ni modo, en mi país comer chile es de todos los días y a todas horas, aunque no todos pertenecemos al estereotipo al que "no le sabe la comida si no pica". Tampoco.

Va el modo de hacerse: 
1. Consigan en el tianguis o en el mercado medio kilogramo de chiles de árbol. Sí, esos meros, los que pican como el demonio.
2. Pónganlos a secar en una charola o superficie extendida, en un lugar seco, durante dos semanas.
3. Importantísimo: póngase unos guantes de látex antes del siguiente paso. Si no los tienen, no lo hagan.
4. Con los guantes puestos, remuelan los chiles. Como están secos, solitos van a quebrarse, a soltar todas las semillas y a romperse en pedazos, pero no van a quedar hechos polvo. Hay que darles una cierta ayudadita para que queden más bien como hojuelas.
5. Viertan el contenido en un salero de agujeros grandes. Listo! Ya tenemos un buen condimento para emplear alegremente en la cocina. Sean cautos, eso sí.
6. Deshágase de los guantes de manera responsable.

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